Jackson Guitar

domingo, 8 de mayo de 2016

De acero.

Tú me dices
que esta cárcel compuesta de
carne, huesos y piel que (te) señalas
no te deja ser feliz,
y es que la llamas cárcel
porque ahí has encerrado sufrimiento,
que ha sido escenario de
prejuicios, angustia y auto-castigo,
fruto de toxicidad personificada.

Y yo te digo
que esta cárcel compuesta de
carne, huesos y piel que (te) señalas
dejará de ser una cárcel,
pero como en toda lucha contra una opresión
hay que empuñar armas,
así que prepárate para cortar barrotes con
mentalización muy afilada,
dejar fuera de combate a guardias con
Voluntad de Poder,
pasar delante de cámaras de vigilancia sin
miedo,
pues no hay quien pueda con una
Übermensch
que tire abajo los muros levantados por sus propias manos
en un episodio triste de destrozada autoestima.

Y más te digo incluso,
que esos barrotes serán los tallos,
que la sangre derramada será la savia,
que los añicos de los muros serán las hojas y los pétalos
de las flores que nacerán
de tus estrías, tus caderas, tu vientre, tus manos, tu pecho y tu cuello,
y las cámaras serán testigos de cómo
alguien presa de sí misma
se reconstruye de tus añicos purificados.
Y entonces,
solo entonces,
cuando ni un espejo ni unos ojos sean un obstáculo a tu felicidad,
serás invencible, imparable.
De acero.

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