Jackson Guitar

domingo, 2 de noviembre de 2014

Día 4

Hay veces en que apareces en mis sueños,
y ya no sé si es que es mi sueño el que de nuevo aparezcas.

Tu sonrisa, a veces pícara, a veces tierna,
se dibuja al detalle bajo tus ojos cristalinos.
Esas curvas que te hacen tan femenina
riman con el castaño de tus cabellos lisos.

Las nubes de otoño no eran sino tus amigas
y la lluvia de un día te hacía sentir viva.
Saltabas con tus botas en los charquitos de agua fría.

Cómo recuerdo lo radiante del cielo que me cubría(s)
y las citas de libros que a días me escribías.
Canciones dedicadas y las emociones que nos producían.

Cuántas veces te habré descrito,
habré definido lo inigualable de tus labios,
habré poetizado todos tus merecidos halagos.

Cuánto daría por recuperar tu atención,
por mantener nuestra mutua noción,
por saber respetar el tiempo de los dos,
por reparar brechas que acabaron en abismos,
por reconciliarnos y volver a ser lo que una vez fuimos.

Ojalá pudiera retroceder en el tiempo,
cambiar algunos aspectos,
poder darles una oportunidad a estos casi tres meses de reflexión...

Ahora soy feliz, no lo niego,
con nuevos amigos aunque poco tiempo,
del cual dedicaría una parte siendo lo que siempre fui contigo,
tierno.

Ojalá la oportunidad de tomar un café contigo
o volverte a abrazar.
o que por tu cuenta un día te me decidas a hablar.

Si algún día lees esto dudo que me escribas,
de hecho no sé si algún día lo leerás.
Quizá con algo de suerte un día me respondas,
de momento sólo cabe esperar.

De todos modos mando este mensaje embotellado,
no sé si de nostálgico o de desgraciado aún enamorado,
a perderse en la basta inmensidad y desconcierto del mar.