Jackson Guitar

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Las nubes un día se irán.

Érase la tierra de las cenizas y el barro, por ahí merodeas cansada.
Los pasos son lentos y cuesta despegar los pies del suelo;
los párpados de los ojos, si bien no están sellados;
las palabras del tórax oprimido.

Han sido demasiadas lanzas,
demasiadas lenguas inoportunas.
Muchas vueltas dadas a la Vía Láctea
en este descampado de almas.

"¿Dónde está la magia?", te preguntas.
"Quiero dejarme caer y fundirme con el panorama",
te reafirmas en que ya no hay nada,
pero pasas por alto las siguientes líneas.

Que, aunque guardadas, tienes dos negras alas;
aunque encogida, de mármol de Bernini es tu estructura;
aunque bajos y escondidos, color de invocar dragones son tus discos de vidrio;
aunque menospreciado, en agua, coral, roca y sal está forjado tu estampado.

Te parecen todos espejos curvados
en un laberinto de años y años
y tus ojos no ven más allá de los daños
cuando deberían romperlo todo a pedazos,
tus alas batir hasta que el mal fuera llano
y alzar el vuelo más allá de los astros.

No será quien escribe quien consiga curarlo,
mas puede recitar con guitarra en mano
todas las visiones de tu cuerpo en pedazos 
que se recompone y diferencia de estos campos desolados.

Si bien tiene voz, tu visión se la arrebata
ya que tus formas y facciones, su respiración, la corta.
Serán las dagas puntiagudas de tus ojos caramelo 
las que al mirarlo en un instante hacen que se pare el tiempo.
Y los relieves de tu cuerpo responsables de que sus dedos
paseen con la precaución de quien lo observa todo lento.
Serán lentes, ya que pienso, las que capten las esencias 
de lo bello de tu cara si un servidor no pueda verla.

Será su mente despierta la que espera y desearía
que un día se revele el ángel que tienes por compañía, 
que el laberinto de fuego se extinga y dejes de verlo,
que tu túnica de ruinas sea de seda muy fina, 
que el mármol, ahora encogido, sea tu escudo fidedigno
que destroce las balas de las visiones tan malas,
que las dagas y plumas de tus fornidas alas
te sirvan de contraataque contra cualquier amenaza 
y te sientas segura en tu invencible armadura,
caminando por los valles y montañas de la Luna,
navegando por los mares, las selvas y las dunas
de los desiertos o poblados paisajes de tus aventuras.

Y el marinero que una vez pidió al mar que te inspirara
se ha percatado que tiene dentro el mar más grande a quien redacta, 
con tus días calmados y tus súbitas olas
que dentro guardan un mundo de tesoros y joyas,
que por fuera saltan los peces y se asoman las orcas,
que vislumbrarte es como ver el gran cielo a todas horas.

Que si hay cenizas, están disueltas en lo basto del agua,
que si hay barro, en este se esconde la fauna más asombrosa, 
que si hay nubes, el Sol irradia con fuerza y estas las traspasa,
que, en resumidas cuentas, eres belleza personificada.

sábado, 28 de mayo de 2016

Inspírala.

Ay, mar.
Cómo me gustan todas y cada una de tus olas,
sean grandes o pequeñas,
choquen contra acantilados o hagan balancear mi barca.

¿Y los peces que asoman a tu superficie?
Esos que se dejan ver en más de una ocasión,
que tímidamente guardas para tus adentros,
pero que son tú y por eso te hacen más alegre aún.

Qué bonito es pasar la mano y notarlos por mis yemas.

También el rumor de tu movimiento,
que de cada sonido emanan melodías
que esconden el arte que tienes aprendido,
ese de la vida y sus estructuras.

Cuando dejas ver tus profundidades oscuras,
aquellas que oprimen el pecho, te comprendo.
Pero forzosamente llegan los corales,
que si eres vida, eres altibajos, mareas y calmas.

A todo esto, mar,
debo contarte que tienes homóloga en persona,
que sus olas son curvas,
sus peces son manchas,
sus rumores, su voz;
y su abismo, sus inseguridades;
que ojalá os conocierais un día en verano
y volviera a sus tierras vestida de coral,
que este marinero en su barca la ayudase a subir de la zona abisal,
o que ella,
con el ímpetu de su oleaje,
lo hiciera.

Mar,
inspírala.

domingo, 8 de mayo de 2016

De acero.

Tú me dices
que esta cárcel compuesta de
carne, huesos y piel que (te) señalas
no te deja ser feliz,
y es que la llamas cárcel
porque ahí has encerrado sufrimiento,
que ha sido escenario de
prejuicios, angustia y auto-castigo,
fruto de toxicidad personificada.

Y yo te digo
que esta cárcel compuesta de
carne, huesos y piel que (te) señalas
dejará de ser una cárcel,
pero como en toda lucha contra una opresión
hay que empuñar armas,
así que prepárate para cortar barrotes con
mentalización muy afilada,
dejar fuera de combate a guardias con
Voluntad de Poder,
pasar delante de cámaras de vigilancia sin
miedo,
pues no hay quien pueda con una
Übermensch
que tire abajo los muros levantados por sus propias manos
en un episodio triste de destrozada autoestima.

Y más te digo incluso,
que esos barrotes serán los tallos,
que la sangre derramada será la savia,
que los añicos de los muros serán las hojas y los pétalos
de las flores que nacerán
de tus estrías, tus caderas, tu vientre, tus manos, tu pecho y tu cuello,
y las cámaras serán testigos de cómo
alguien presa de sí misma
se reconstruye de tus añicos purificados.
Y entonces,
solo entonces,
cuando ni un espejo ni unos ojos sean un obstáculo a tu felicidad,
serás invencible, imparable.
De acero.

sábado, 7 de mayo de 2016

Era cuestión de tiempo.

¿No lo oyes?

Sí, ese rumor constante. Presta algo de atención.

Tic, tac. Tic, tac...

Ahí lo tienes. Monstruoso, ¿cierto?

¡Qué cara se te ha quedado, ni que hubieras visto todo el sufrimiento humano concentrado en un escenario macabro!

Bueno, quizá sí lo hayas hecho. Tu expresión facial lo confirma.

¿Te das cuenta de tu propia miseria ahora que te ves reflejado en este espejo imaginario dentro de tu cabeza? ¿Ves los hilos que mueven las marionetas, las risas enfermizas de los titiriteros y el atrezo de tu supuesta vida cómoda?

Pues cuidado, que está a punto de caer el suelo.

Es una sensación angustiosa, lo sé. A nadie le resulta fácil asumir que sus pilares -vacío-, sus creencias sobre el mundo -ilusión- acaban de ser destruidas por el mero hecho de observar y reflexionar.

¡No, por favor, no te hundas, aguanta un poco! ¡Estás cayendo para resurgir!

Ale, ya hemos tocado fondo, aquí acaba nuestro descenso. Te doy la bienvenida al comienzo de tu nueva vida.

Ahora toca prestar mucha atención. Todo lo que no te habías parado a analizar hasta hace cinco minutos es de suma importancia para llegar a entender las causas de la desgracia en tu entorno y en ti.

Uy, mira, ahí viene algo. ¡Qué pasa, vampiro...!

Qué asco me dan, no hacen más que chuparnos la sangre, la vida, los beneficios que generamos trabajando, y nos los pintan como los buenos. Qué atrocidad de ser.

Vaya, por ahí va algo más.

Oh, parece un disco rallado.

Efectivamente, no para de repetir que solo queremos vaguear, que si queremos cobrar más tenemos que trabajar más duro, que la culpa de que no tengamos trabajo son los inmigrantes, que las mujeres están para fregar y dar hijos, que nos dejemos de mariconadas de géneros y sexualidades... ¿Por qué no han apaleado ya este radio-casete?

Joder, la de sufrimiento que nos hubiéramos ahorrado si estos cacharros, juguetitos de los titiriteros de risas enfermizas, se hubieran molestado en cuestionarse algo en serio una vez en su resentida vida de cacharro, en darse al botón de pausa, quitarse el disco que llevaban dentro, mirárselo con un poco más de detenimiento y pensar si todo lo que les hace decir es cierto. ¡Anda que no descubrirían discos con frases más pensadas, en vez del que llevan predestinado, aunque se les haya presentado como la verdad en infinidad de -manipuladas y televisadas- veces! Será cuestión de que caigan igual que acabas de hacer tú... La hostia que se darían sería brutal, pero así se aprende a veces.

Esta es mi parte favorita. Acabamos de llegar al comienzo de la escalera de subida.

Oh, ¡qué ostentoso, qué bien decorado y maquillado, qué columnas, qué de palabras bonitas! ¿No te parece maravilloso nuestro querido Estado burgués? Qué mono él, con sus vampiros de fondo sonriendo y algunos de sus títeres jugando a ser elegidos cada cuatro años por nuestro súper sistema democrático para turnarse la cúspide, a ver quién les ofrece el mejor surtido de leyes en su favor para que no se enfaden, no vaya a ser que perdiesen sus poderes de chupa-plusvalías, sus propiedades privadas de los medios de producción.

¡Eh, espera, espera, no destroces nada!

Sí, lo sé, a mí también me dan ganas de romper muchas cosas, pero se va por ahí. Sí, por la escalera que te he dicho antes. Para cambiar radicalmente algo, tendrás que haberlo entendido bien, tener un método para arrancar de raíz las malas hierbas y organizarte con quien haya llegado al mismo punto que tú. ¡Rompiendo cuatro tontadas puntualmente no vas a cambiar las cosas, aunque te sirva para demostrar tu ira e inconformismo!

Pues ale, sé libre, pajarito. Bueno, ya sé que libre libre aún no vas a ser, pero es que la expresión quedaba bien.

Te espera un arduo camino de estudio de la situación por esos escalones, muchas páginas, muchos términos, mucha frustración, mucho querer -y no poder- coger un bate de béisbol y reventar cosas, mucho autocontrol ante momentos adversos, muchas personas aliadas y muchas personas en contra... En fin, mucho andar.

Pero cuando llegues al final.

Tic, tac. Tic tac...

Cuando lo hagáis.

Tic, tac. Tic tac...

Cuando tengáis conciencia de clase, conciencia revolucionaria.

Tic, tac...

Cuando seáis de hierro, imparables.

Tic...

Cuando el régimen se tambalee.

Tac...

Y sus pilares comiencen a agrietarse.

Tic...

Cuando muestre su última y feroz puesta en escena de su carácter de opresión de clase.

Tic...

Y las fuerzas del orden salgan a reprimiros a las calles.

Tac...

Tened preparadas las armas para el combate.

Tic...

Pues la liberación del proletariado es la última batalla por la que valdrá la pena que se tiñan de rojo -de vampiro, de disco rayado, de Estado burgués- los escaparates.

Pam.

jueves, 18 de febrero de 2016

"DEMOCRACIA Y LIBERTAD" (en mayúsculas para que sea más creíble).

Llevo un tiempo reflexionando sobre cosas que antes no se me habían pasado por la cabeza, y como cada vez que me pasa algo así siento la necesidad de escribirlo o decirlo, pues aquí va.

Ahora mismo no sé cómo voy a estructurar la entrada, no sé si voy a empezar a soltarlo todo, o a argumentarlo -creo que es suficientemente evidente por qué defiendo lo que defiendo-, o a ambas cosas, así que ya digo que, como ya habréis adivinado, va sobre mis concepciones de libertad y democracia. Sujetas a debate, pero mis concepciones.

Me gustaría empezar por la democracia. Me hace mucha gracia cómo les polítiques que salen por la tele defienden a capa y espada nuestra democracia. Me hace mucha gracia porque me imagino a la gente en su casa sin cuestionarse si quiera nuestro modelo de democracia.

¿De verdad tienen el valor de defender la participación democrática cada cuatro años y ya? ¿De verdad nos tragamos que eso es tan democrático como vaticinan? ¿De verdad es democrático escoger quién va a seguir perpetuando el mismo modelo económico, que desde luego no es democrático, pues quienes producen bienes no deciden sobre cómo se reparte ni sobre qué se hace con buena parte de la riqueza generada, ya que cae en manos del propietario de los medios de producción? ¿De verdad es democrático no querer tocar la Constitución, ni debatir el modelo de Estado o desacreditar manifestaciones de disconformidad con el trato que se le ofrece a diferentes naciones, etnias, religiones, etcétera, que conforman los países, teniendo en cuenta que las sociedades evolucionan y la diversidad es un factor clave en éstas?

Me da a mí que la democracia es más profunda, va más allá. Democracia es que la gente haga las leyes y  tenga el poder de aprobarlas o rechazarlas, que decida en qué gasta el Gobierno el dinero de nuestros impuestos, que la gente común esté en el Gobierno, que se dé una respuesta adecuada a las necesidades de la ciudadanía y no de la oligarquía, que no se dé el caso de negativas tajantes que no hacen más que distanciar a la gente de la clase política y aumentar la desconfianza ante la práctica de ésta, que no haya sectores por encima de otros -con unos privilegios diferentes, vaya- a causa de ningún factor: ni de raza, ni de religión, ni de procedencia, ni de posesión de medios, ni de riqueza, ni de recursos, ni de género, ni de sexo, ni de orientación sexual, ni de cultura, ni demás que posiblemente me deje y ahora no se me ocurra, que quienes trabajen sean quienes reciban íntegramente el beneficio generado por su labor, tanto en forma de un sueldo más alto como de servicios públicos de cada vez más calidad -si la gente trabajadora es quien gobierna, será ésta quien decida cómo y en qué invierte el dinero generado por su labor, como he dicho al principio del párrafo, y no dudo de que lo haría enfocándolo en verdadero beneficio de la inmensa mayoría-.

Voy a por la segunda.

No voy a negar que tenemos libertades, desde luego que tenemos, pero creo que faltan algunas que considero esenciales... Pues eso, en este párrafo voy a dar algunas de mis ideas de libertad.

Libertad es poder acceder a una vivienda sea cual sea la situación económica, vestir como se guste sin que nadie "piropee" (imagino que ya sabéis por qué entrecomillo la palabra) innecesariamente, ni toque lo que no tiene que tocar, ni haga lo que no tiene que hacer porque "va provocando" o "lo va buscando", poder acceder a un trabajo sin miedo a ser rechazade por cuestiones principalmente estéticas, no ser infravalorade y constantemente ofendide por querer cursar unos estudios u otros, por querer dedicarse a un oficio u otro, no ser invisibilizade sea cual sea el género, o la orientación sexual, o la etnia. o la cultura, o demás, ser como se es sin miedo a ser juzgade, menospreciade, llámesele "x" por no cumplir con unos roles que no representan la realidad de toda la gente y, por tanto, que no deberían ser un criterio para atacar sistemáticamente a quienes no los siguen, disponer de más tiempo libre para gastarlo en lo que une quiere y crecer como persona porque el trabajo y la enseñanza deberían absorber menos tiempo y energía -aún y siendo cosas completamente necesarias para garantizar un sustento y formación, que no estoy diciendo que dejemos de trabajar y mucho menos de aprender-.

No sé.

¿Hay alguna de estas concepciones en la que no habíais pensado antes? ¿No creéis que tenemos que cambiar unas cuantas cosas respecto a esos dos aspectos?

Estaría guay que si alguien tuviera una idea la comentara. Esta entrada está sujeta a cambios, imagino que aún soy muy joven para tener ideas muy sólidas e inamovibles sobre estas cosas, pero estas son mis impresiones a día de hoy.

*Sinceramente no tengo ni idea de cómo cerrar esta entrada y parece que esté conversando con quien la esté leyendo, pero me hace gracia así que no pasa nada.*

No sé si te habrás cuestionado alguna idea que tenías después de leer esto. En caso afirmativo te recomiendo pensar, es muy enriquecedor el tiempo dedicado a descubrirse a une misme y a las ideas.

Buenas noches.

Ah, y hola, Maria.