Jackson Guitar

domingo, 26 de octubre de 2014

Poema a una guitarra

Un velo azul, fruto del cielo, adornaba su espalda,
posada en sus manos residía una guitarra.

Deleitaba a sus oídos con melodías bizarras
acuñadas por el virtuosismo de personas pasadas.

Su mirada calmada centraba en los trastes,
el mástil lo recorría con sus dedos hábiles.

No deja nota abandonada en su actividad,
durante el trayecto de una canción su corazón hace vibrar.

Transmita amor o dolor, sea acuñada en roble o en pobre chatarra,
he aquí la magia de quien deja enamorarse por una guitarra.

viernes, 24 de octubre de 2014

.

No voy a ser educado esta vez. Y digo de antemano que no secundo la violencia pero...

Me cago en la puta ya, es que podéis iros al infierno. Ojalá alguien os rompa la mandíbula de una patada. ¿Cómo mierda llegasteis a ser tan ruines? ¿Cómo coño alguna gente es aún tan despreciable con otra? ¿Sabéis el puto daño que causáis? Joder, es que no sé cómo coño expresar la repulsión que siento hacia vosotros cuando me entero de lo que hacéis a algunas personas.

Ojalá algún día os deis cuenta de lo que conlleva lo que hacéis y sintáis como si vuestra mierda de prepotencia os escupiese en la cara, os mirase con el mismo desprecio con el que lo hacéis y se riese de vosotros con el mismo afán con el que estáis acostumbrados a hacerlo, mientras os suelta "qué asco de persona, te ríes de otras solamente por su físico, qué pena... No sé cómo tienes pareja ni amigos si eres un/a asqueroso/a".

Luego encima id de personas buenas porque claro, os preocupáis mucho por si vuestro tetesiko está to rallao y le abrís chat, seguro que algún día os congratulan por ello.

ES QUE ME PODÉIS COMER LOS HUEVOS JODEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEER.

Ale, adiós.

sábado, 11 de octubre de 2014

¿Día?

Qué rabia. O impotencia. O no lo sé.
Días insípidos, días de no querer.

Cuando nada llena o nada me hace sentir
es cuando echo de menos vivir.
Y una charla. Y a un amigo. Quizá hasta algo más, no lo sé.

Cuánto aviva una risa o un simple contacto,
y cuánto lo echo en falta en un día vago.
Me siento insípido, haberme quedado dormido.
Nos vimos ayer y ya os echo en falta, amigos.

La tranquilidad de estar solo en casa hoy no es reparadora,
es tanta y tan prolongada que me resulta odiosa,
atrapa mis preguntas, mi curiosidad, las lanza,
se adentra ahora en esos huecos la inexpresividad.

¿Habéis sentido alguna vez la desagradable presencia de un día vacío?
Yo, es que si pudiera, los tiraba al río.

Improductividad, vagueza, aburrimiento, desgana,
suelo sentirme tan activo que se me hacen desgracias.
Lunes, gente, el cerebro trabaja,
que me devuelvan el tiempo empleado en nada.

Retomando la línea de "un simple contacto",
a veces extraño la calidez del antaño.
Nostalgia y superación a ratos se mezclan,
reproducen un cortometraje que inevitablemente hace mirar atrás,
recordar una felicidad que podría llenar un día vacío,
o el mismo vacío.

Qué peligroso es pensar en días como éste,
ojalá algún profe me hubiera puesto más deberes.
-Obviad esa última línea-.
No sé, lectores, qué queréis que os diga,
hoy me aburro y este escrito así lo dicta.
-Sorry not sorry por haberlo escrito-.